martes, 16 de octubre de 2007

Una nota del cielo


Algo tengo que escribir en este minuto, sea porque me lo pidieron hace unos días, sea porque tengo una pretensión de superar la cantidad de escritos de la otra editorial, sea porque no tengo más que hacer o sea porque estoy feliz y necesito plasmar por escrito la "injusticia" que se acaba de suscitar hace un par de horas.
Vengo llegando a casa muerto de sueño, pues anoche me acosté a las 4 am como resultado de la ardua jornada de estudio dirá usted,- ¡No señor! replicaría el profesor navarrito - pues el muy relajado protagonista de esta crónica no había estudiado nada este fin de semana y sólo empezó anoche a eso de las 0:00 horas, o sea, tan sólo 4 horas de estudio, huelga reconocer de todas maneras que durante toda la semana pasada se quedó a estudiar a razón de 3 a 4 horas diarias después de las agotadoras jornadas de clases y a su círculo más próximo eso le consta.
De todas formas, lo cierto es que para la evaluación de Teoría Política del día de hoy, se necesitaba algo más que eso, puesto que abarcaría mucho contenido del manual.
Me desperté a las 7 de la mañana y reflexioné un poco acerca de mi real rendimiento en lo que respecta a las últimas notas, no están mal, así que para tranquilizarme me dije - Tengo dos notas sobre 5, algo sé de esta materia que entra hoy, con un 3 será suficiente, sé que puedo.
Y así tomé la micro (o el micro, si te gusta más) hacia la Escuela, asumiendo y resignado a que mi prueba no sería un éxito, y la cosa se puso más fea cuando estando yo ya en la universidad echando unos inútiles vistazos a mis apuntes, se acerca un compañero para decirme que la evaluación sería en forma oral, esas palabras fueron lapidarias, se traducían en un rojo seguro.
Así ingresamos al aula, y para hacer cuento corto, yo seguí ojeando mis apuntes mientras el profesor seguía llamando a sus "víctimas", llegó al apellido Canales y me empezaron a sudar las manos, Contreras que estaba a mi lado, me recomendaba - Sale en primera vuelta nomás Saúl, yo saldré también en primera- (esa modalidad, para quien no entienda, se refiere a que el profesor hace dos llamados el primero es voluntario y el segundo es obligatorio). Y cuando yo me decidía a salir en segunda vuelta, se escucha - ¡Cancino! - en milésimas de segundo pensé en que si no sabía algo en ese instante daba lo mismo a esas alturas así fue como con ímpetu me levanté de mi puesto y me dirigí a enfrentar al académico -Don Saúl, relacione Democracia con la idea de Relativismo- increpó. ¡Sorpresa! afloró en mí todo ese conocimiento que poseo intrínseco, lo respondí de una manera bastante aceptable, estoy siendo humilde, pues para teminar mi evaluación respondí casi al pie de la letra el concepto de Derecho de Immanuel Kant, terminé mi intervención y el profesor concluye diciendo -No le pongo una nota mayor, porque dudó un poco, tiene un 6- Yo no cabía en mi impresión y sentimiento de goce, mientras todo el aula terminaba la escena con un cerrado aplauso.